En este momento son casi las once de la noche del sábado 2
de noviembre y estamos en el Hostal Abraham de Jerusalén https://abrahamhostels.com/jerusalem/
, un lugar ideal para viajeros de presupuesto moderado.
Llevamos tres días en esta ciudad y hemos sido testigos de
la agitada convivencia entre diversas culturas, religiones y naciones; la
experiencia de estar en la llamada “Tierra Santa” me ha distanciado más de la
religiosidad, me invita a seguir desarrollando mi espiritualidad de manera
reservada y a fortalecer mi contacto consciente con un poder superior tal como
yo lo concibo.
Pero prefiero dejar para mi fuero interno la diatriba contra
las religiones, máxime cuando no tiene mucho de original y no quiero ahondar en
este asunto porque “prefiero evitar la fatiga”. En cambio si necesito
reflexionar sobre el momento de esta Vuelta al Mundo.
Ya llevamos cuatro meses fuera de Colombia y los
aprendizajes han sido tan valiosos como diversos. Sin embargo, se puede empezar
a percibir un cansancio que me trato de explicar. Puede ser que no tener veinte
años pase algunas facturas, puede ser que cambiar tan frecuentemente de
ambiente sea desgastante, puede ser que esto y lo otro o tantas otras
explicaciones que no me satisfacen.
También puede ser que al estar fuera de las granjas y de su
usual voltaje que las hacen parecer una terapia ocupacional permanente, las
condiciones sean aptas para pensar (rumiar) y analizar (dar vueltas). Surgen
preguntas como: ¿porqué estamos haciendo este viaje?, ¿en qué iremos a
terminar?, ¿cuándo ¿vamos a volver??, ¿qué vamos a hacer cuando volvamos?,
¿dónde vamos a vivir cuando volvamos? ¿para dónde vamos después de Israel?,
¿sería aceptable tomarse una vacaciones en este viaje?, y estos son sólo
algunos de los interrogantes que rondan.
Las respuestas que más me tranquilizan son las sencillas,
las que no pretenden presumir que tengo el control de la situación, las que me
recuerdan que me resulta más amable vivir este momento y en este lugar porque
todo lo demás es una ilusión.
Incluso es una ilusión decir que mañana vamos para una nueva
granja en el Norte de Negev, cerca de Netivot (Kfar Navon) y lo es porque ello,
presumiblemente, ocurrirá en el futuro. En este momento estoy escribiendo y la
nueva granja es una ilusión, el destino después de Israel es una ilusión, el
futuro es una ilusión “pero el hoy bien vivido hace de cada ayer un sueño de
felicidad, y de cada mañana una visión de esperanza.” (aparte de un proverbio
sánscrito)
Y no me cabe duda que el pasado es un sueño de felicidad. Para
ello puedo recordar momentos maravillosos como el día que me puse al cuidado de
un poder superior (mayo de 2006), el día que decidimos casarnos en Cuba (enero
de 2011), el día que tomamos la decisión de hacer este viaje (mayo de 2012) y
tantos otros.
Con Andrés Morales en Milán. Nos recibió en su casa con todo
el amor
En Roma
Cruzando el Mediterráneo hacia Córcega
En la Granja de Córcega
Camila con mariposas en sus manos luego de cortar lavanda y
tener la mano impregnada de aceite esencial
Bailando en la granja de Gers, Francia
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Con amigos del alma en Paris en el inicio del proyecto "Room for us de Nicolás París http://www.kadist.org
En la playa de Tel Aviv
"Cuidad este día, porque es vida, la verdadera vida de la vida.
En su breve curso, se hayan todas las realidades y verdades de la existencia.
La bienaventuranza de la perfección, el esplendor de la acción, la gloria de la fortaleza.
Porque el ayer no es sino un sueño y el mañana tan sólo una visión.
Pero el hoy bien vivido hace de cada ayer un sueño de felicidad, y de cada mañana una visión de esperanza.
Cuidad bien, por tanto, este día."
Proverbio Sánscrito
C
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